Edgar Espinoza Pérez
Cuarto vocal / AGHN
EN NUESTRA literatura el Güegüense es nuestro personaje, experto en el engaño y lo bueno de nuestro gran embaucador es que se sale con la suya…. Precisamente ahí radica el éxito de un buen tramposo. Salirse con la suya. Pero el que perpetra un engaño no es el tipo rudo y fuerte, se nos puede presentar como el buen muchacho débil pero inteligente, como en nuestros cuentos de infancia, como Tío Coyote y Tío Conejo. El segundo siempre se saldrá con las suyas a pesar de la superioridad en tamaño y fuerza del segundo.
En este artículo quiero mostrar tres casos de engaño que por su ingeniosidad pasan desapercibidos y moros y cristianos de alguna manera podemos caer en esta trampa. Los casos están relacionados con la historia y nuestro campo de competencia, los bienes arqueológicos.
Pedir Cacao: cómo engañar a los hombres y los dioses
La semilla de esta planta se utilizó como unidad de cambio dentro de las sociedades precolombinas que se asentaron en el Pacífico de Nicaragua al momento del contacto. Los cronistas nos dan referencias de la equivalencia entre las semillas y las mercancías que se podían comprar incluyendo algunas caricias. Como bebida era una de las pocas que estaba dedicada a los grandes jefes quienes la consumían con gran devoción. Precisamente su nombre científico Teobroma cacao, se puede traducir como la bebida de los dioses. Además, el cacao es una deidad a la cual se le dedicaba una fiesta especial durante los meses de junio y julio. El conocido Juego del Volador.
Pero no faltó un vivo que estafó a sus coterráneos intercambiando semillas adulteradas. Gonzalo Fernández de Oviedo nos relata como se hacía tal artimaña: Y aun en aquella almendras hay sus fraudes para engañar a unos y otros, y meter entre algunas cantidad de ellas, las falsas y vanas: y esto se hace quitándoles aquella corteza o cáscara que tienen aquellas almendras….e hinchándolas de tierra ó de otra cosa, y cierran aquel hollejo tan sutilmente que no se conoce, y para entender el engaño el que las recibe, cuando las cuenta, pásalas una á una y pone el dedo (índice) ó próximo al pulgar sobre cada una, y por muy bien que esté embutida la falsificada, se entiende en el tacto, y no está tan igual como la buena (Oviedo 1976:67).
No es difícil imaginar que varios personajes importantes pudieron ser embaucados junto con otros personajes de menor cuantía. Pero podría ser que no solamente los humildes profanos fueron engañados con granos de cacao falso y lo más sorprende desde fechas muy antiguas. En el sitio Balberta, Guatemala se encontraron en una temporada de campo una gran cantidad de efigies de cacao que parecían tan reales que daba la impresión que eran semillas petrificadas. Esto nos lo describe el arqueólogo Carlos Herman de la manera siguiente[1]
En la actualidad se cuenta con una muestra de más de 400 efigies de semillas de cacao, la mayoría intacta, reunidas de las cuatro ofrendas. Inicialmente se pensó que eran semillas petrificadas o parcialmente petrificadas, esto por la similitud que presentan y la ubicación de las ofrendas. Según varios expertos parecen semillas de cacao, pero después de realizar varias pruebas en laboratorios de los Estados Unidos, todo parece indicar que son producto de cerámica hecha localmente de material volcánico, incluyendo la kaolinita, mica y cuarzo. Algunas de las efigies están quemadas y otras posiblemente no lo están, las semillas quemadas. (Herman, 1994: 44).
El Sitio Balberta tiene una gran importancia porque puede considerarse un centro ceremonial con posible presencia de personalidades de Teotihuacan que pudieron llegar a Guatemala en busca de ese preciado alimento que era el cacao durante el periodo Clásico Temprano cuyas fechas oscilan 200 -600 D. C. Es posible que estas efigies de cacao, tan reales que los expertos en este cultivo llegaran a suponer que se trataba de semillas petrificadas, fueran en realidad semillas adulteradas que los indígenas mezclaron con semillas verdaderas en sus ofrendas a los dioses. Posiblemente las deidades no oyeron las suplicas que les dirigieron.
Crear memorias falsas
En nuestros tiempos modernos algunas piezas artesanales con motivos arqueológicos circularon en nuestros billetes nacionales y en algunos casos se venden estas imitaciones como verdaderas piezas arqueológicas originales. Un ejemplo de este mal manejo de nuestro patrimonio cultural se puede ver en la serie de billetes de cinco córdobas que se emitieron en el año 57 en Nicaragua. En el anverso del billete aparece una figura central que representa a un indígena con mas pinta de indio norteamericano que a nuestro cacique Diriangen pero que en este caso lo simboliza casi de pie, pero con la pierna izquierda apoyada por lo que parece un volcán. Los brazos sostienen un arco con una flecha sostenidas de manera desafiante.
El anverso del billete presenta tres iconos encerrados en círculos. En la parte izquierda el número de la denominación y el círculo derecho representa nuestro escudo nacional. La figura central está representada por una escultura profusamente adornada que representa a un personaje masculino con un tocado que podría interpretarse como un jaguar. El estudioso Frances de la escultura de nicaragüense la ubicó en la antigua casa conocida como Mansión Luis Somoza Debayle y supuestamente proveniente de la Isla de Ometepe. En su visita el no la miro personalmente y la reporta perdida y fragmentada.
Además de esto, en sus notas a mano Thieck no la relacionada con la escultura monumental de Nicaragua y es sin duda alguna una recreación artística moderna. Es decir que cuando se puso en circulación el billete, el gobierno de los Somoza no se tomó la molestia de determinar si la escultura pertenecía a nuestras culturas originarias y esto refleja el poco interés que se tenía en ese entonces con el patrimonio cultural del país. Curiosamente y aunque no lo hemos comprobado la escultura apareció expuesta en un municipio de Chontales, pero aún no hemos podido comprobar.
Gato por Liebre
Hace unos años atrás la conocida casa de Subastas Sothebys puso a la venta una escultura que de acuerdo a su ficha de venta procede de Chontales, Nicaragua. El objeto es de formato pequeño elaborado posiblemente basalto, teniendo una posición cronológica entre 800-1000 después de Cristo. El valor inicial de la venta la calcularon entre 10,000 a 12,000 euros. Hay que mencionar además que esta escultura forma parte de la colección del Museo Barbier Muller. Una institución privada que ha generado polémicas por el origen de sus colecciones y varios países han emprendido campañas y demandas para recuperar parte de su patrimonio Histórico.
El tema hubiera pasado desapercibido y no generarías más allá que las discusiones clásicas entre los promotores de la conservación de los patrimonios nacionales que siempre concluimos en lo mismo: necesitamos ley más fuerte y presupuesto más grande para la conservación y promoción de nuestro patrimonio. Lo sorprendente en la subasta es que de acuerdo la fotografía, el objeto es una replica o una recreación moderna de la escultura monumental de la Nicaragua precolombina y que usted puede comprar estas artesanías en menos de quinientos córdobas en cualquier mercado de artesanías de Nicaragua.
Lo irónico de esto es que todos podemos caer en una estafa, no solamente la persona de a pie, pero igual las grandes instituciones que resguardan objetos considerados patrimoniales.
Lista de figuras:
Imágenes tomadas de Internet
Bibliografía
Herman, Carlos H.
1994 Descubrimientos especiales en Balberta central. En I Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 1987 (editado por J.P. Laporte, H. Escobedo y S. Villagrán), pp.42-45. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.
Fernández de Oviedo, Gonzalo.
1976. Nicaragua en los Cronistas de Indias. Introducción y notas de Eduardo Pérez Valle. Fondo Cultural de Banco de América.
[1] Este artículo no hubiera sido posible sin el apoyo de Hector Neff y Humberto León Obando. El primero me facilito bibliografía para completar los datos de este documento y algunas reflexiones sobre el comercio del cacao. El segundo me apoyo en la ubicación de las esculturas objeto del documento. Las opiniones son responsabilidad del autor y asume las consecuencias