475 ANIVERSARIO DEL MARTIRIO DEL OBISPO VALDIVIESO

Clemente Guido Martínez

Vicepresidente / AGHN

EL OBISPO Fray Antonio de Valdivieso o. p.,nacido en Villa Hermosa, Burgos e hijo de Antonio de Valdivieso y Catalina Álvarez Calvento, perteneció a la Orden de Predicadores Dominicos, habiéndose formado en el Convento San Pablo, también en Burgos, España.  

Fue nombrado Obispo de Nicaragua por Su Santidad Paulo III en 1543, ante la propuesta del Emperador Carlos V. También se le asignó la iglesia de Cartago en Costa Rica, a partir del 9 de mayo de 1545, por lo que fue primer obispo de Costa Rica.

Llegó a Nicaragua entre abril y junio de 1544, iniciando su labor misionera y pastoral sin recibir la consagración, sino hasta noviembre de 1545, cuando la recibió de parte de tres obispos, Fray Bartolomé de las Casas, obispo de Chiapas; Fray Francisco Marroquín, obispo de Guatemala y Monseñor Cristóbal de Pedraza, obispo de Honduras.

Cuando el obispo Valdivieso llegó a Nicaragua, coincidió con el juicio de residencia que Diego de Herrera había iniciado el 11 de junio de 1544 contra Rodrigo de Contreras, ya de regreso victorioso de España entre abril y junio de 1544 en comunión con la iglesia católica, al levantarse en España la excomunión que pesaba sobre su cabeza emitida por el bachiller Pedro de Mendavia, juez de inquisición nombrado por el segundo obispo de Nicaragua, Fray Francisco de Mendavia. Este Obispo había fallecido el 6 de octubre de 1540 en León, lo que significó un gobierno eclesiástico de solo 40 días.  

El Bachiller Mendavia, quien había asumido la administración de la Diócesis al morir el Obispo, había excomulgado a Rodrigo Contreras en 1541, logrando que el obispo de Panamá, Fray Tomás de Berlanga (1487-1551), capturara a Contreras en julio de 1542, enviándolo a España para que se defendiera de las acusaciones en su contra, de las que regresó victorioso, solo para tener que enfrentar otro juicio: esta vez de residencia ejecutado por la autoridad Real.

Durante cinco años, desde abril-junio de 1544 hasta finales de 1549, Contreras residirá en la provincia de Nicaragua junto con su familia, entre quienes estaban su esposa María de Peñalosa, hija de Pedrarias Dávila (primer gobernador de Nicaragua), y sus hijos varones Hernando y Pedro Contreras, además de otras hijas. Contreras ya no ejercía como gobernador de la provincia, sino que esta gobernación estaba temporalmente suspensa por el juicio. Al finalizar el juicio de residencia, Rodrigo tuvo que realizar otro viaje a España, a finales de 1549, para apelar las sentencias dictadas por Diego de Herrera. En ese segundo viaje pierde la apelación, lo que informa a sus parientes desde España, indicándoles que unas cartas del Obispo Valdivieso lo habían perjudicado. Esto, y otras causas, motivó a los hijos del exgobernador a asesinar al Obispo Valdivieso.

Después del asesinato de Valdivieso, los hermanos Contreras y sus seguidores tomaron el control político de León, Granada y enrumbaron por mar hacia Panamá, para invadir aquella ciudad, donde la fortuna les fue adversa, muriendo todos los conjurados en batalla el 23 de abril de 1550 o juzgados y condenados a la horca o al decapitamiento en Panamá.

El Rey deploró el crimen cometido contra el Obispo Valdivieso, ordenando en octubre de 1550 una investigación del caso y la condena de todos los implicados, por lo que también se abrió proceso a María de Peñalosa, quien estuvo en Granada para las acciones antes referidas, acusada de favorecer el alzamiento y la toma de aquella ciudad. Sin embargo, fue exonerada de culpas dos años después. Su esposo Rodrigo de Contreras, estaba en España cuando ocurrieron los hechos, por lo que no se le podía imputar ningún delito, excepto la sospecha de haber motivado a sus hijos, cosa que no se puede probar.

Los esposos Contreras se fueron de Nicaragua en 1552, con destino a Perú, donde siguieron sus vidas leales a la Corona Real, terminando sus días en aquella ciudad. Rodrigo en 1558 y María de Peñalosa en 1573. Los restos de Pedrarias Dávila, padre de Peñalosa, quedaron en Nicaragua.

En León, la madre del obispo asesinado, lo sepultó sin ceremonias religiosas, probablemente en la madrugada del 27 de febrero. Su tumba fue olvidada, no su memoria, pero en enero del año 2001, bajo mi administración como Director General del Instituto Nicaragüense de Cultura ((INC), y la eficiente y profesional labor técnica de los arqueólogos Edgar Espinoza Pérez y Ramiro García, logramos descubrir con certeza absoluta la tumba del obispo en las ruinas de la catedral de las ruinas de León Viejo, además de las tumbas de los obispo Fray Diego Álvarez de Osorio y Fray Francisco de Mendavia, los tres en la cripta mayor de la catedral.

Cuando encontramos los restos óseos del Obispo mártir, la Dirección General del INC que presidía el suscrito en enero-febrero 2001, dada la trascendencia del hallazgo, y para evitar errores, organizó una Comisión Nacional Dictaminadora a la que fueron invitados personalidades a título personal y representantes de instituciones, quienes fueron: Dr. Ariel Ortega Gasteazoro (q.e.p.d.) en representación del Obispo Bosco Vivas Robelo (q.e.p.d.) por la Diócesis de León y de la Conferencia Episcopal de Nicaragua; Lic. Edgar Zúñiga, historiador oficial de la Iglesia Católica; Dr. Edgardo Buitrago (q.e.p.d.), director del Museo Archivo Rubén Darío de León; Dr. Carlos Tunnerman Bernheim (q.e.p.d.), ex rector de la UNAN León y descubridor de las ruinas de León Viejo; Dr. Jorge Eduardo Arellano, eminente historiador, miembro de la Academia de Geografía e Historia de Nicaragua; Fray José Luis Burguet o.p. por la Provincia de la Orden de Predicadores; Dr. Patrick Werner (q.e.p.d.) como consultor externo; Lic. Armando Zambrana Fonseca, asesor del INC; Y Lic. Julio Valle Castillo, asesor del INC.

Se consultó y tomó en cuenta además los trabajos técnicos y científicos realizados por el Instituto de Medicina Legal de la Corte Suprema de Justicia de Nicaragua, por el Instituto de Radiología Dr. Roberto Calderón; las lecturas radiológicas del Dr. Luis Edgardo Gutiérrez Quant, y el informe médico del Dr. Clemente Guido Chávez. Por supuesto, las conclusiones de los arqueólogos Edgar Espinoza Pérez y Ramiro García.

La Comisión y los consultados concluimos que se trataba inequívocamente de los restos óseos del Obispo Fray Antonio de Valdivieso, iniciándose entonces un programa de ceremoniales nacionales que incluyeron de forma decidida a las autoridades de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, por medio de sus obispos de la Arquidiócesis de Managua, Diócesis de Granada, Estelí y León. Fueron eventos magníficos para honrar la memoria del Obispo mártir, que iniciaron en León Viejo y concluyeron en León Viejo. Varios años después, los restos mortales de los tres obispos descubiertos en 2001 fueron trasladados a la cripta de los obispos en la Basílica Catedral de León. Ahí reposan con dignidad y en paz.

Para finalizar cito al Obispo Valdivieso: “Lo mismo sucede con los (indígenas) que están junto a las ciudades de León y Granada, que, al estar cerca del alcance de los españoles, están casi totalmente destruidos. No habría ningún inconveniente en que V.A. se sirviese mandar que fueran relevados de todo tributo, hasta ver si se rehacen, aquellos pueblos que han venido en tanta disminución que ya no hay en ellos sino solamente doce o quince indios. El provecho que pueden dar es poco, y el daño que reciben es mucho. Y harto han tributado, pues han tributado las vidas de todos” (Valdivieso, noviembre de 1547).

El tributo verdadero que habían dado los indios de Nicaragua no era cacao, sal, gallinas indias, pescados, algodón, mantas bordadas, maíz, frijoles, y otros productos agrícolas, sino que su verdadero tributo después de 23 años de la llegada de Francisco Hernández de Córdoba, fundador de León y Granada, había sido “LAS VIDAS DE TODOS”. Contundente argumento, que revela la gravedad del despoblamiento indígena en Nicaragua.

Referencias bibliográficas

  • ÁLVAREZ LOBO, José. O.P.: Fray Antonio de Valdivieso, Obispo Mártir de Nicaragua. San José, Costa Rica, Editorial Lascasiana, 1992.
  • BUITRAGO, Edgardo: El Obispo Fray Antonio de Valdivieso O.P. Mártir por la defensa de los derechos humanos de los indígenas. León, Editorial Universitaria, febrero, 2006.
  • GUIDO MARTÍNEZ, Clemente: Fray Antonio de Valdivieso. Pastor, profeta y mártir. Managua, Centro Nicaragüense de Escritores (CNE), noviembre, 2001.
  • INSTITUTO NICARAGÜENSE DE CULTURA (INC): “Informe Valdivieso (Documentación oficial del Descubrimiento)”. Febrero, 2001.
  • ZÚÑIGA C., Edgar: Historia Eclesiástica de Nicaragua. Managua, Editorial Hispamer, 1996.

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